miércoles, 17 de junio de 2015

Indigestión en ayunas

En ayunas y sin fe ninguna, he llegado al hospital para tragarme cada una de las palabras de mi penúltimo post. ¡Menuda indigestión! ha pasado todo lo contrario a lo que dije. No sé, pero tengo la sensación de que existe un ente malévolo que se encarga de dejarnos a la altura del betún...


Bueno, pasemos a la revisión que, al fin y al cabo, es lo que cuenta. El equilibrio, eso es lo que más me falla, cierro los ojos y el mundo se tambalea a mi alrededor, nunca me había fijado... Igual la culpa es mía, pero prefiero echársela a la Tierra, que gira muy deprisa. El resto de esa exploración normal (me toco la nariz a una velocidad que ni Usain Bolt, y noto todas las vibraciones, pinchazos y demás cosas que me hacen).

lunes, 15 de junio de 2015

Pirata cobarde

Siempre he sido un poco pirata. Pasé parte de mi infancia con un parche en el ojo. Mi gran punto débil. Cualquier cosa que podáis imaginar, por inverosímil que os parezca, ha acabado en mi ojo en alguna ocasión (o incluso varias): una pinza, una cometa, un palo, una piedra, un lápiz... hasta me corneó una cabra y me picoteó un dulce pollito ¿Alguien da más?


Llevar parche para mí nunca ha sido un inconveniente, pero las gotas para curarme sí; no las soportaba, me aterraban Hoy, muchos años después, vuelvo a recaer y, un golpe de viento y arena, ha tallado en mi ojo una pequeña herida que requiere de esas gotas que tanto odié. Aunque claro, ya para mí no son un problema... ¿será que nos hacemos más valientes con la edad? No, no es eso. Solo que cambían nuestros miedos...

lunes, 8 de junio de 2015

¿Serán iguales todas las revisiones?

La semana que viene tengo cita con el neurólogo. Siempre tenido un gran interés y una gran curiosidad por saber lo que pasa dentro de una consulta de neurología que no sea la mía... porque en la mía no pasa nada. Absolutamente nada.

Una pérdida de tiempo porque, desde el diagnóstico, no me han mandado ni una RMN más, ni me han hecho ninguna valoración, ni me han mirado los reflejos, ni siquiera me han hecho cerrar los ojos para ver el equilibrio. Sólo analíticas cada 6 meses o un poco menos si hay cambio de tratamiento o cualquier "incidente" entre revisiones. Analíticas de la que ni siquiera sé el resultado y que supongo que estarán bien.

Es llegar a la consulta y preguntarme si estoy bien, basta con contestar que sí y ya está. Eso es todo. Me cree fielmente. Luego a hacerme la analítica para cumplir el protocolo y para casa.

domingo, 7 de junio de 2015

Enfermera frustrada

Tengo un moratón de esos de los que hacen época en el muslo derecho, recuerdo de mi último pinchazo, regalo de mi inseparable Avonex. Sí, no pasa nada, seguro que cogí algún capilar. Bueno, a juzgar por la cantidad de sangre que eché, lo mismo fue la femoral...


Y a pesar de que la sangre no me da el más mínimo repelús, a veces me pregunto si realmente estamos preparados para convertirnos en enfermeros "forzados". Quizá una charla, de una escasa media hora, te capacite para administrar una inyección intramuscular, pero no para pincharte a ti misma. Eso es más difícil.

La vida II

Pues qué mejor manera de cerrar el post 'La vida' que con la noticia que siempre quisimos recibir desde aquel día... A casa, vuelves a casa, burlándote del destino. Sí, con una larga recuperación por delante, pero con ánimo y en compañía. Las paredes del hogar curan más que el frío mobiliario hospitalario, ya lo verás. Aquí todo irá mejor. Suerte.