sábado, 25 de enero de 2014

La vida sigue

25 de enero de 2013, la EM empieza a dar la cara con una diplopía. Un año después y, con algún que otro brote más a mis espadas, la vida sigue. Supongo que, en el fondo, eso es lo que importa...

       Nunca se me olvidará esa fecha. Nunca. Cuando empecé a ver doble aquel día, supe perfectamente que algo no iba bien. Un travieso google me llevaba, una y otra vez al mismo diagnóstico: esclerosis múltiple. Y yo, resistiéndome a lo inevitable, trataba de hacer tiempo. No me atreví a ir al médico hasta una semana después, tras agotar todas las otras posibilidades. Creo que todos somos un poco cobardes, cuando tenemos la certeza de que nos va a cambiar la vida.

   Ha pasado un año desde entonces y he aprendido o, más bien, estoy aprendiendo, a convivir con todo esto. Las revisiones, los pinchazos diarios, el cansancio, la incomprensión de la gente... todo se hace, cada día, un poco más llevadero. Aunque confieso que aún me da vértigo mirar al futuro, que lo único a lo que no me acostumbraré jamás es a la incertidumbre de ni siquiera saber cómo me levantaré mañana.


No hay comentarios:

Publicar un comentario