martes, 8 de abril de 2014

Fecha de caducidad

Si tuviera la certeza de que me voy a morir mañana, hoy sería más valiente. Escribiría un par de e-mails de agradecimiento a esas personas que me marcaron, cogería el teléfono y llamaría a mis amigos, me pasaría la tarde jugando con mi sobrina, estaría con la familia...

Pero confiamos demasiado en un mañana, posponemos lo que queremos, siempre para más adelante. Y puede que algún día, ya no pueda escribir esos mails porque la muerte me sorprenda de manera repentina al cruzar una calle... ni tenga la posibilidad de despedirme de mis amigos, ni el tiempo para jugar con nadie.

Quizá, para hacer lo que realmente nos apetece, necesitaríamos saber nuestra fecha de caducidad...

1 comentario:

  1. Algo así debe ser.
    Yo siempre he sido un cardo en las relaciones humanas y nunca pensaba en el mañana.
    Pero desde mi diagnóstico, desde que empecé a verme vulnerable, si empecé a ver el día presente como el único seguro; mañana no se si tendré un brote, o si el agotamiento no me dejará ni llamar por teléfono, o si me atropellará un autobús.
    Desde ese día digo lo que no se si mañana podré decir ( gracias, te quiero...) e intento hacer sobre todo lo que me viene bien a mi porque mañanano se como estaré. Y es gratificante vivir así.
    Un abrazo guapa, Cleo

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