lunes, 15 de junio de 2015

Pirata cobarde

Siempre he sido un poco pirata. Pasé parte de mi infancia con un parche en el ojo. Mi gran punto débil. Cualquier cosa que podáis imaginar, por inverosímil que os parezca, ha acabado en mi ojo en alguna ocasión (o incluso varias): una pinza, una cometa, un palo, una piedra, un lápiz... hasta me corneó una cabra y me picoteó un dulce pollito ¿Alguien da más?


Llevar parche para mí nunca ha sido un inconveniente, pero las gotas para curarme sí; no las soportaba, me aterraban Hoy, muchos años después, vuelvo a recaer y, un golpe de viento y arena, ha tallado en mi ojo una pequeña herida que requiere de esas gotas que tanto odié. Aunque claro, ya para mí no son un problema... ¿será que nos hacemos más valientes con la edad? No, no es eso. Solo que cambían nuestros miedos...

3 comentarios:

  1. Órdago a la grande con mi mordedura de un perro (un teckel) en el ojo derecho. Aclaro que mi ojo sobrevivió, pero la enfermera de urgencias no estoy segura.

    Y si, cambian nuestros miedos según vamos viviendo; yo tampoco creo que nos hagamos más valientes, yo ahora tengo muchos más miedos que hace unos años, pero son a diferentes cosas.

    Me alegro mucho de que tu ojo, como el mío, sobreviviera con bien :)
    Un beso, Cleo

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  2. Órdago a la grande con mi mordedura de un perro (un teckel) en el ojo derecho. Aclaro que mi ojo sobrevivió, pero la enfermera de urgencias no estoy segura.

    Y si, cambian nuestros miedos según vamos viviendo; yo tampoco creo que nos hagamos más valientes, yo ahora tengo muchos más miedos que hace unos años, pero son a diferentes cosas.

    Me alegro mucho de que tu ojo, como el mío, sobreviviera con bien :)
    Un beso, Cleo

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