lunes, 6 de mayo de 2013

A mí EM... Gracias!

         No sabía si eras tú, o era yo. No sabía si mi falta de ganas derivaba de tu fatiga o, si por el contrario, tú no tenias nada que ver en eso... Pero, hoy, por fin puedo darte un voto de confianza, porque esta vez, he comprendido que la culpa era mía. Que siempre acabo culpándote de cosas en la que tú ni siquiera estás involucrada. Que siempre acabo utilizándote como escudete para defenderme de lo que no quiero. Te uso, te manejo a mi antojo y tú, de momento, no dices nada. 



          Gracias. Gracias por esta tregua inicial para que me adapte, por este pacto de no agresión momentáneo, por aguantar mis rabietas de aceptación, por quitarme esa venda que me impedía ver más allá de tu maldad... Porque no eres tan mala, no. Me has enseñado a ver todo desde otra perspectiva, a valorar más lo que tengo (y lo que me falta), a apreciar lo insignificante, a no quejarme o a quejarme con razón... Cosas que sin ti nunca hubiera aprendido. 

Seguiré, seguiremos juntas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario