miércoles, 8 de julio de 2015

Esa extraña sensación

Nos remontamos a junio de 2012, deambulo por los pasillos del Hospital Juan Ramón Jiménez. No, no es una cita médica, aún no me han diagnosticado EM, aún no sé ni qué significa eso ¡bendita ignorancia!... Estoy en las prácticas del ciclo y me dirijo a recepción de muestras a por algo. Son casi las dos de la tarde y no hay ni un alma por los laboratorios, todo relajado. Mientras camino, noto una extraña sensación que parte de las manos hacia arriba, de las dos, una especie de cosquilleo o más bien corriente, fuerza eléctrica. No le doy la más mínima importancia a pesar de que la sensación continúa durante las prácticas, no se la doy hasta hoy, que vuelvo a notar esa misma extraña sensación.

Desde aquel día a hoy han cambiado muchas cosas, entre ellas el diagnóstico y lo que antes no me inquietaba, ahora levanta en mí un cierto interés. ¿Será la EM? Pues probablemente no, probablemente es que trabajo mucho con las manos y mi cuerpo se resiente, quizá eso del túnel carpiano (aunque no me duele) o vete tú a saber qué, pero siempre rondará por mí la idea de la esclerosis y eso no me lo quita nadie.

8 comentarios:

  1. Creo que muchos cuando ya tenemos un diagnóstico, echamos la vista atrás y nos damos cuenta de que los síntomas estaban ahí bastante antes de hacerse "oficial" la enfermedad.
    Alguna gente "debuta" de repente, pero para muchos ha ido saliendo poco a poco. Y por supuesto no le dábamos importancia. Ahora lo vemos claro.

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    1. Pues sí, yo creo que debuté mucho antes del diagnóstico. El cuerpo avisa, pero a veces no somos capaces, o no queremos verlo.

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  2. Yo tenía muchos síntomas raros antes del diagnóstico sobre todo en verano,la parte izquierda de mi cuerpo se iba de fiesta y se quedaba dormida (cara,brazos,pierna)

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    1. Sí, parece que lo que está claro es que esto no sale "de repente", pero hasta que no nos diagnostican no relaciobamos todas esas cosas raras que nos pasaron tiempo atrás.

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  3. Pues sí, la aparición de las palabritas explicó muchas cosas, mi gran problema era que las sensaciones extrañas aparecían casi siempre cuando ya había perdido la cuenta de las copas que llevaba, mi cabeza regía bien pero el cuerpo iba por su lado, pensaba que había cambiado la forma de afectarme. Anda que no me hinché a reprochar a los que no me creían cuando decía que no estaba tan pedo como parecía jajaja.
    El cansancio se lo achacaba al deporte que hacía, la anemia que tenía, los tutes de bibliotecas, cuidar a mi abuela en el hospital.. hasta que en vacaciones sin hacer nada estaba igual de cansada.
    Al final tener diagnóstico (e informarme bien de la enfermedad) fue un verdadero alivio.

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    1. Yo lo que más notaba era el cansancio, tb la falta de equilibrio... ¡Ahora todo encaja!

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  4. Pues dos comentarios, uno repetido por todos, a raíz del diagnóstico todos nos explicamos, o intentamos explicar con él, montón de "cosas raras" que nos pasaban. En ese sentido para mi el diagnóstico fue un gran alivio.

    Pero tener EM no nos hace inmunes al resto de enfermedades y "desgastes", echarle la culpa de todo lo que nos duele no es una solución.

    A vigilar esas "corrientes" niña y deberías consultarlo con el neurólogo.
    Un besazo, Cleo

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    1. Pues parece que esas corrientes han remitido de momento, al menos, en intensidad...Así que hasta la próxima revisión yo no digo ni pío ^_^

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