martes, 1 de diciembre de 2015

Aliados maltratados

Creo que hay dos momentos claves en la vida. Uno es cuando dejas de creer en ti y, el otro, cuando son los demás los que dejan de hacerlo. El segundo es irreversible y aún no quiero que lo hagáis, antes quiero explicarme.

La vida no es fácil, bueno quizá sí, pero la complicamos nosotros. A veces por tonterías, a veces por cosas graves. Da igual el motivo porque la tristeza, la desilusión, el miedo... no entiende de eso. Sí, ya sé lo que vais a decir, que cada uno llevamos nuestra propia pelea. Lo sé, pero no todos somos igual de fuertes. 


A veces, es la batalla la que se complica sola, se suman contrincantes inesperados que no estaban en tus planes, ni en los de nadie... y dejas de creer en tus posibilidades, pero de esa flaqueza, nacen aliados dispuestos a pelear contigo, tenderte una mano o simplemente jalearte en tu particular cruzada.

Incondicionales que te devuelven las ganas de seguir soñando con una victoria ante un rival hostil y que, sin embargo, acaban por convertirse en el punto de mira de nuestra rabia. En horas bajas no deberían dejarnos abrir la boca ni tenerse en cuenta nuestros comportamientos... 

Y es que siento que he decepcionado a esos aliados, tanto a los que me guían a ciegas como a esos que, sabiéndolo todo, se convirtieron en cómplices de mi silencio sin pedir nada a cambio. Me arrepiento de no haber sabido agradecer vuestras palabras, de haber sido incapaz de acatar vuestros consejos, de haberos cansado con mis cosas sin ni siquiera preguntar por las vuestras. Lo siento, no era yo.

Nos podemos permitir el lujo de no ganar una batalla pero no de perder aliados por el camino. Nos podemos permitir el lujo de no ganar una batalla pero no de abandonarla.

3 comentarios:

  1. Qué razón tienes y qué mal nos portamos en ocasiones (por enfermedad, depresión o lo que sea).
    A veces soy consciente y puedo retroceder. A veces me doy cuenta y realmente no puedo hacer nada por evitarlo. Y te sientes como la m# después.
    Pero siempre tienes otro día más para enmendarlo.

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    1. Pero llega un día en el que la gente se cansa de ti y ya no hay vuelta atrás :(

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  2. Todavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, me llamo Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otro seguí buscando un curar incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor medio ambiente, póngase en contacto con el Dr. Ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com, también puede llamar o WhatsApp +2348052394128

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