jueves, 13 de marzo de 2014

A mis ambientalitos

Hoy hago un pequeño inciso para agradecer y desearle toda la suerte del mundo a mis compañeros de ciclo, porque a partir de ahora, ya andaremos por rumbo diferentes... 


Creo que todas las personas que pasan por nuestra vida, de alguna manera nos marcan un poco. Para bien o para mal, pero pocos son los que nos dejan indiferentes.

Yo he tenido la suerte de compartir estos dos últimos años con gente magnífica, gente diferente, más pequeña, más grande que yo, de aquí o de allá... Sobre todo, este último año, ha sido casi perfecto. He aprendido más de la vida que de alimentos, es verdad, pero eso supongo que poco importa.

No sé si ellos entienden muy bien en qué consiste todo esto qué me pasa. A mí me costaría entender que alguien aparentemente sana esté rota por dentro. A veces, me gustaría explicarles que lo que más duele de esta enfermedad no es lo físico, sino no saber cómo te vas a levantar mañana: no saber si vas a ver, si vas a poder levantar una pipeta o si, tarde o temprano, acabarás en una silla de ruedas.

Estar enfermo, aunque sea con un simple resfriado, es una putada, en eso estaréis de acuerdo. Pero, al menos, me alegro de que mi encuentro con la esclerosis haya sido inmerso en este ciclo, porque me ha hecho olvidarme, en ocasiones, de lo que tengo, y porque ha sido sin duda un salvavidas para superar esto. 

Gracias por haber aguantado mis caprichos horarios, mis citas médicas, mis malos días y todo sin pedir nada a cambio... A veces la gente es más solidaria de lo que pensamos o de lo que nos merecemos. 

Solo deciros que disfrutéis de la vida, porque nunca sabemos cuánto tiempo nos van a dejar estar por aquí... Y que seáis felices, porque todo pasa.


A Jorge, a Yuli, a Jose y a la peque del grupo, a mi ojito derecho, Miriam. Al resto de ambientalitos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario